martes, 8 de marzo de 2016

BALNEARIO DE VALDEGANGA

Carlos Saura situó aquí gran parte de la acción de Peppermint Frappé en 1967, cuando el lugar llevaba poco tiempo en desuso.
Después de visitarlo, impresiona volver a ver la película y comprobar hasta qué punto se ha degradado el lugar en este casi medio siglo de abandono.




Los Baños de Valdeganga, construidos sobre unas antiguas termas romanas, ya funcionaban en las últimas décadas del siglo XIX, aunque este edificio no fue inaugurado hasta 1920.
Paseando por sus ruinas, se hace difícil imaginar su época de esplendor, cuando aquí se reunía gente acomodada para curar sus dolencias de artritis, histerismo y neurastenia, tal como especificaban los folletos de la época.




La temporada oficial comenzaba el primer día de julio y se alargaba hasta el quince de septiembre. Sus huéspedes contaban, además de los dos hoteles que los podían albergar, con restaurante, pista de baile, hilo telefónico, jardines y área infantil de juegos.




Situado a orillas del Júcar y a una treintena de kilómetros de Cuenca, el Balneario de Valdeganga ha perdido techumbres, puertas y ventanas. No hay mucho en este montón de piedras que recuerde ahora la época dorada de este edificio. 
Desde hace unos años existe un proyecto de rehabilitación al que nadie parece hacer mucho caso.



No hay comentarios:

Publicar un comentario